Yvan

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lunes, 26 de abril de 2010

Habitantes del otoño

La gente de Uruguay es muy particular, en especial en su manera de vestir frente a los cambios climáticos. Hoy el incipiente otoño se manifestó con una leve brisa fresca, nada más. No pude evitar notar los primeros indicios de la población catastrófica. Esos son aquellos que se apuran a desempolvar sus camperas gruesas de, sus chaquetas largas y negras, que inundan rápidamente la ciudad provocando un invierno prematuro e innecesario.
Estos individuos son los mismos que retrasan el verano por las mismas razones. Se ven reacios a asumir la temporada de calor, haciendo uso de sus tapados abrigados y sweaters de lana, aún entrado el mes de octubre.
A todos aquellos fetichistas del invierno les recomiendo que no sea ansiosos, no se apuren. No corran a llevar sus prendas oscuras y pesadas a la tintorería, cuelguen los guantes, gorros, pasamontañas. Déjense llevar por la sensación térmica que un poquito de frío nunca mató a nadie.

miércoles, 21 de abril de 2010

Pequeñas cosas de la vida

Hoy sentada en el ómnibus noté una particularidad. ¿Cómo puede ser que no puedan evitar saludar a un colega que maneja su vehículo en sentido opuesto?
Lo más curioso es que este no parece un convencional saludo, sino algo que podría formar parte de un secretísimo "código de choféres de ómnibus" (un CCO podríamos llamarlo). Consiste en levantar la mano tal cual saludo hitleriano pero menos severo y con una leve expresión facial; algo así como una sonrisa indefinida. Todo esto acontece en una milésima de segundo, por ende, hay que estar preparado para el avistamiento.
En muchos casos, especialmente en viajes de larga distancia, los choferes ya se hallan predispuestos a la acción y lo hacen casi instintivamente, sin siquiera intentar dirigir su mirada hacia el otro conductor. Como el accionar una palanca de manera inversa, involuntariamente alza la mano como autómatas.
Una vez intenté contar las veces, llegué a 20 y después me dormí en el asiento.

Blog olvidado

Bueno, mis más sinceras disculpas por haberlos dejado colgados dos años, fervientes lectores! Pero por las circunstancias de la vida, di este blog por muerto con tan sólo dos entradas y me acostumbré a leer en lugar de ser leída.

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