Lo más curioso es que este no parece un convencional saludo, sino algo que podría formar parte de un secretísimo "código de choféres de ómnibus" (un CCO podríamos llamarlo). Consiste en levantar la mano tal cual saludo hitleriano pero menos severo y con una leve expresión facial; algo así como una sonrisa indefinida. Todo esto acontece en una milésima de segundo, por ende, hay que estar preparado para el avistamiento.
En muchos casos, especialmente en viajes de larga distancia, los choferes ya se hallan predispuestos a la acción y lo hacen casi instintivamente, sin siquiera intentar dirigir su mirada hacia el otro conductor. Como el accionar una palanca de manera inversa, involuntariamente alza la mano como autómatas.
Una vez intenté contar las veces, llegué a 20 y después me dormí en el asiento.
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