La universidad me abrió la cabeza de numerosas maneras. La asignatura que logró hacerlo con más eficacia fue Corrientes del pensamiento contemporáneo. En ella discutimos los pensamientos de Foucault, Deleuze, Derrida, Augè, Lipovetsky, entre otros.
Básicamente se trata de desafiar las convenciones para poder pensar más allá. ¿Qué pasaría si las cosas fuesen distintas? A continuación un ejemplo de cómo se puede hacer esto en las conversaciones más mundanas.
Estaba pensando en comprar un cuadro para adornar mi cuarto, cuando una amiga me sugiere el devenir, que imagine a mi cuarto como un cuerpo utópico.
Este cuarto tendría múltiples interpretaciones. Ahora, en lugar de comprar un cuadro pienso en tal vez pintarme las manos de colores y estamparlas contra la pared como una manifestación de mi cuerpo utópico. También podría podría llenar mi cuerpo de pintura y rodar por las paredes. Y ya que estamos, ¿Por qué tengo que tener una cama? ¿Por qué esta debería ser el centro de mi habitación?
La cama en el centro, es tan típico de macrorrelato. Mi espacio girando en torno a algo material que la norma me dice que debo tener. En lugar de tener un objeto tan rígido, tan material, tan capitalista típico de la sociedad occidental podría dormir sobre unas simples hojas de bambú. Es tan homocéntrico el concepto de cama, todo hecho para y por el hombre, la manufacturación, la manipulación de las cosas.
¿Por qué también tengo que ser yo el centro de mi cuarto? Podría dormir adentro del placard y hacer que la inmaterialidad se apodere del cuarto. Mismo la existencia del cuarto en sí, la división de la propiedad, el espacio privado es una concepción tan materialista. ¿Por qué no acomodar nuestros objetos en distintas habitaciones y dormir todos juntos en el living?
Por ahora voy a seguir mirando cuadritos.
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